miércoles, 20 de marzo de 2013

Queen (parte 3)


Hoy voy a hablar del batería de Queen Roger Taylor 





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En 1969 Roger Meddows-Taylor era un jovenzuelo que junto a su amigo guitarrista Brian May aporreaba los parches en una banda llamada Smile. Uno de sus fans más insistentes, un tal Fred, un chavalín delgaducho y dentón con excesiva tendencia a la exuberancia, no hacía más que darles la lata sugiriéndoles extravagantes ideas para sus presentaciones en directo. A base de insistencia, Taylor y el bamboleante Fred trabaron amistad, compartieron apartamento y montaron un puesto de ropa en el famoso mercadillo de Kensington



Cuando al año siguiente el cantante de Smile decidió seguir camino por su cuenta, Fred volvió a la carga intentado ocupar el puesto. Los otros no lo veían claro, pero Fred ya tenía experiencia en algunas bandas propias, un montón de ideas para las composiciones y una voz nada desdeñable. Sus gustos musicales coincidían, pero la sugerencia de Fred de que cambiaran el nombre del grupo no fue muy bien acogida. Una vez más, a base de ponerse cabezota, Fred se salió con la suya. Entraba así en la historia con el rimbombante nombre de Freddie Mercury y la banda sería conocida para siempre como Queen.



A Taylor no le gustó que Mercury iniciara para Queen una excursión por la música disco y contestó con un primer LP en solitario. Fun in Space, de 1981, es el álbum típico de un batería. En él despliega toda una exhibición con los tambores en temas variadísimos de una originalidad inusita. Multiplica las voces, toca todos los instrumentos, desata su pasión por el rockabilly y se atreve con un experimento reggae que no tenía cabida en Queen




Cuando Queen pisaron el freno creativo y llegó la dominación masiva de las listas durante los ochenta, Taylor fue el compositor de los megaéxitos Radio Ga-Ga y A Kind of Magic. Le sobraron canciones para grabar un segundo disco a su nombre en compañía de Rick Parfitt de Status Quo en el que se destapaba como una suerte de cantautor domesticado en el que se marcaba spectorianas versiones de Masters of War deBob Dylan y de Racing in the Street de Bruce Springsteen, influencias ambas insospechadas en la carrera de Queen.



 En los años en que la actividad de la banda disminuyó a causa de la enfermedad que llevaría a su vocalista a la tumba, Taylor inició una trayectoria paralela al frente de The Cross con quienes grabó tres álbumes que pasaron sin pena ni gloria pero que incluían la versión original de Heaven for Everyone, el single póstumo que Mercury regrabaría con Queen. Hoy en día, Roger Taylor y Brian May, con luces y sombras, mantienen viva la herencia del grupo. Taylor de vez en cuando se descuelga con alguna sorpresa musical que, tan castigada como su aspecto de rockero retirado, ya no está a la altura de ese jovencito rubio, atractivo y lleno de talento que fue durante un par de décadas.

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